El escándalo desatado por las lujosas vacaciones de Martín Insaurralde se propagaba como un tsunami. A pesar de no solicitar permiso ni dar aviso, el Gobernador se sentía dueño y señor de sus decisiones. Cuando confrontado sobre su presencia en Marbella, Insaurralde respondió afirmativamente, recibiendo como respuesta un contundente «Estás afuera» por parte de Kicillof.
A pesar de la resistencia inicial de Insaurralde, las cosas cambiaron cuando Máximo Kirchner le retiró su respaldo, y los intendentes también lo abandonaron. Incluso, se dice que buscó apoyo en Cristina Kirchner sin éxito. La llamada de Sergio Massa a Kicillof instigando la renuncia marcó el inicio de la caída. Finalmente, Insaurralde presentó su dimisión.
Enfrentando ocho denuncias por enriquecimiento ilícito y lavado de dinero, además de su millonario divorcio con Jesica Cirio, Insaurralde intentará presentarse como víctima de una supuesta extorsión. Massa insinuó que pagó con la renuncia y sugirió que la noticia fue oportunamente filtrada. También, resurgió el escándalo de Daniel Scioli con Sofía Clerici durante la campaña de 2017.
A pesar de que en la Provincia intentan acallar cualquier especulación, la explosión del escándalo en el centro del poder genera temores sobre lo que vendrá. Se rumorea que Omar Galdurralde, titular del Instituto de Lotería y Casinos de la Provincia de Buenos Aires y hombre de confianza de Insaurralde, podría tambalear en su cargo. Aunque se asegura que la renuncia de Galdurralde ya ocurrió, él afirma que sigue en el cargo y que la caída de Insaurralde es por motivos personales. Sin embargo, algunos consideran que este podría ser el momento adecuado para depurar el Instituto de Lotería de cualquier influencia de Insaurralde, especialmente ahora que la Justicia lo tiene en la mira y los vínculos con el juego están bajo escrutinio.