La compleja trama detrás de la detención de Edgardo Kueider parece sacada de un relato de la serie Elija tu propia aventura, ya que al consultar con espías, investigadores, operadores políticos y figuras del submundo, emergen diversas teorías. Entre estas se mencionan un capítulo de la disputa entre Javier Milei y Mauricio Macri, un conflicto comercial en Paraguay y una posible vendetta política.
El papel del espionaje
Un veterano exespía, durante una conversación a fines de noviembre, adelantó: «Vamos a tener un verano caliente». Al ser interrogado, agregó de manera enigmática: «¿Usted cree que la guerra entre Mauricio Macri y Javier Milei va a ser gratis?». Tras el escándalo de Kueider, el mismo exintegrante de la SIDE envió un escueto mensaje: «Se lo dije».
Desde el ámbito del espionaje, se sostiene que la detención del senador no fue casual. Según explican, en Paraguay la Dirección Nacional de Ingresos Públicos (DNIP) rara vez realiza controles exhaustivos. En este caso, Kueider “ya estaba marcado”. El procedimiento fue meticuloso: grabaron la apertura de su mochila a la madrugada, revelando fajos de dólares junto con su DNI y credenciales de senador. Aunque se argumentó que el dinero pertenecía a su secretaria, Iara Magdalena Guinsel Costa, quien afirmó que los fondos provenían de una empresa paraguaya para la compra de electrodomésticos, esta versión ha sido ampliamente cuestionada.
Los espías especulan que Mauricio Macri, quien tiene una sólida red de contactos en el mundo del espionaje, cuenta además con el respaldo del expresidente paraguayo Horacio Cartés, un hombre con fuerte influencia en el aparato estatal y acusado de corrupción y contrabando. Según esta hipótesis, tanto Macri como Cartés conocían las actividades de Kueider y decidieron exponerlo públicamente en medio del conflicto entre Macri y Milei. «Hay que agarrarlo in fraganti«, habría sido la orden, como una advertencia directa: “Ojo con desafiarme, Javier. Tengo más información y recursos”.
Perspectivas paraguayas: traición en los negocios
Desde Paraguay, emerge otra teoría: una “mexicaneada”, como se denomina al robo entre socios en actividades ilícitas. Según esta versión, Kueider habría estado involucrado en proyectos inmobiliarios de lujo junto a un empresario paraguayo. Sin embargo, este último habría decidido traicionarlo, entregándolo a las autoridades con la intención de apropiarse de los recursos invertidos en operaciones previas.
Rivalidades locales y un golpe político
En Entre Ríos circula otra hipótesis que atribuye la caída de Kueider a maniobras de la política local. Aquí se sugieren dos vertientes:
- Referentes del peronismo habrían filtrado información para vengarse de las alianzas y votos del senador con La Libertad Avanza (LLA).
- Desde el entorno del PRO, habrían difundido detalles sobre sus movimientos para eliminarlo como potencial candidato de LLA en la provincia, donde en 2025 se renovarán tres bancas en el Congreso.
Un escándalo que apenas comienza
Javier Milei intentó desvincularse del caso al afirmar: “Kueider es un tema de los kirchneristas”. Sin embargo, este argumento resulta débil, dado que el propio Kueider se identificó como oficialista en Paraguay, votó alineado con LLA en leyes clave, y se le otorgaron cargos estratégicos en el Congreso, como la presidencia de la Comisión de Asuntos Constitucionales. En Concordia, su ciudad natal, muchos creen que el dinero encontrado corresponde a sobornos relacionados con sus decisiones políticas.
Un periodista contactó al mismo exespía, quien le recordó su advertencia previa: “Le dije que la guerra Macri-Milei no sería gratuita. Esto recién empieza”.
En conclusión, las interpretaciones sobre el caso Kueider son múltiples y contradictorias. Espías, empresarios, políticos y operadores tejen un entramado de intrigas que apunta tanto a luchas de poder nacionales como a vendettas locales. Sin embargo, como bien advierten los propios analistas del espionaje, no se debe confiar plenamente en ninguna de estas versiones.