Para la consultora política Shila Vilker, el actual gobierno se puede describir como «milecéntrico», en el sentido de que todo está centrado en la figura de Javier Milei. Según Vilker, cuando la figura del presidente se ve cuestionada, no solo se pone en duda su capacidad para gobernar, sino también la validez de sus discursos. Esto genera un clima «peligroso», aunque, a pesar de ello, no parece afectar la intención de voto en términos inmediatos. Vilker opina que, en el ámbito digital, estamos siendo testigos de lo que considera una «goleada opositora», un fenómeno que nunca se había producido incluso en lo que ella considera los momentos más complicados del gobierno, como el caso de los jubilados y la recepción de los «87 héroes». La analista destacó esto en el programa Modo Fontevecchia, emitido por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3).
Vilker, además de ser consultora política, es licenciada en Ciencias de la Comunicación, con un máster en Cultura de la Comunicación y un doctorado en Ciencias Sociales. Es también directora ejecutiva de la firma Tres Punto Zero y analista de opinión pública.
En cuanto a los estudios de opinión pública recientes, Vilker explicó que estos están reflejando un posible descenso en el apoyo a Milei tras el escándalo conocido como Cryptgate, aunque advirtió que aún es difícil evaluar el impacto final de este fenómeno, debido a la rapidez con la que siguen surgiendo nuevos elementos sobre el caso, como las entrevistas y los chats relacionados con las entrevistas pagadas. A pesar de la magnitud del escándalo, Vilker y su equipo no encontraron en sus estudios un impacto proporcional a lo ocurrido.
Al analizar específicamente los datos de los electores de Milei y Patricia Bullrich, Vilker observó que aunque existe una disminución en la credibilidad del presidente (por ejemplo, dos de cada diez votantes de Milei no le creen cuando afirma que no estaba al tanto del caso), los indicadores de gestión y el comportamiento electoral se mantuvieron relativamente estables. Esto lleva a la consultora a concluir que, aunque el escándalo ha dejado una marca en la credibilidad del presidente, no ha cambiado significativamente la dinámica general de la opinión pública. Según Vilker, esto sugiere que, aunque algunos sectores pueden sentirse decepcionados, la adhesión a Milei sigue siendo firme debido a que no tienen un lugar claro al que ir y esperan que el gobierno funcione.
En resumen, Vilker destacó que aunque el impacto del caso $LIBRA ha sido notable en términos de credibilidad, el comportamiento electoral sigue siendo relativamente estable. «No te creo, pero te sigo apoyando», sería la postura de muchos votantes afines a Milei, que a pesar de la desconfianza, siguen respaldando al presidente.
Sobre el factor económico, Vilker indicó que la sensación de estabilidad económica sigue siendo un tema crucial, similar a situaciones previas con otros gobiernos. Aunque los escándalos y problemas derivados del ajuste económico son molestos e incómodos, el impacto no parece cambiar la dinámica estructural del gobierno. Sin embargo, la situación es complicada, ya que el gobierno enfrenta dificultades para mantener el control de la agenda, especialmente en un año electoral, lo que podría complicar aún más la situación.
Vilker también destacó que, por primera vez, el gobierno se enfrenta a un problema cuyo encuadre no está claro. El 49% de los argentinos percibe el caso $LIBRA como una estafa, pero no hay un marco interpretativo claro por parte del gobierno para responder a esta percepción. Esta falta de encuadre es vista como un desafío para la administración, ya que sin un relato coherente y convincente, la situación se vuelve difícil de manejar.
Por último, Vilker analizó el impacto en las redes sociales, donde considera que, por primera vez, la oposición ha logrado una «goleada» digital sobre el gobierno. Esto marca una diferencia con momentos anteriores de crisis, como el caso de los jubilados, cuando el gobierno aún controlaba el discurso en las redes. La ausencia de un encuadre claro por parte del gobierno dificulta la disputa por el control de la narrativa.
En relación con la figura de Milei, Vilker enfatizó que el gobierno está altamente dependiente de la imagen del presidente. Es un «gobierno milecéntrico», y cuando la figura de Milei es cuestionada, todo lo relacionado con su gestión comienza a ser cuestionado. Esto se vuelve particularmente peligroso, ya que podría erosionar la credibilidad que Milei ha cultivado como economista y como alguien distinto a «la casta política». Aunque no hay un impacto estructural inmediato, Vilker ve que la situación podría generar dudas en un sector de sus votantes que hasta ahora han estado dispuestos a apostar por el gobierno, a pesar de las dificultades.
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