Luego de una elección turbulenta, la UCR intervino el partido en la Provincia

La conducción nacional de la Unión Cívica Radical (UCR) tomó la determinación de intervenir la filial partidaria en Tucumán, una decisión que fue adoptada tras un proceso electoral interno cargado de tensiones y cuestionamientos por parte de distintos sectores de la militancia radical en la provincia.

El conflicto dentro del radicalismo tucumano se remonta a febrero, cuando la junta electoral del distrito confirmó al legislador Agustín Romano Norri como presidente de la Junta de Gobierno provincial. Sin embargo, esta resolución no fue suficiente para apaciguar las disputas entre los distintos sectores del partido. Raúl Moreno, quien se desempeñaba como titular de la convención provincial, decidió continuar su impugnación en la Justicia Federal con el objetivo de que se declarara nula la convocatoria electoral.

El proceso de renovación de autoridades dentro de la UCR en Tucumán fue objeto de reiteradas postergaciones. Inicialmente programado para el 1 de septiembre del año pasado, fue aplazado en sucesivas ocasiones hasta establecerse finalmente para el 20 de abril. A lo largo de ese período, los plazos electorales se fueron cumpliendo, pero las disputas internas persistieron, desembocando en la reciente intervención decidida por la dirigencia nacional del partido.

En la sesión plenaria del comité nacional radical, se estableció que la intervención en Tucumán se extenderá por un período de un año. Como normalizadores, se designó al santafesino Hernán Rossi y al jujeño Jorge «Colo» Rizzotti. Rossi, actual secretario general de la Convención de la UCR y aliado del presidente partidario Martín Lousteau, había visitado Tucumán el pasado fin de semana en el marco de un encuentro organizado por el sector Boina Blanca, donde también estuvo presente Romano Norri. Rizzotti, por su parte, es diputado nacional y cuenta con una estrecha relación con el exgobernador de Jujuy y expresidente de la UCR, Gerardo Morales.

La intervención generó una fuerte reacción en la dirigencia radical tucumana. Romano Norri manifestó su desacuerdo con la resolución tomada en Buenos Aires, criticando la actitud de la conducción nacional. «La UCR Nacional no deja de sorprender; siguen ensimismados y sin abrir el partido al debate. Deciden intervenir una provincia solo para mantener las mismas estructuras de siempre. Pretenden una UCR cerrada, sin discusión interna, utilizándola únicamente como un sello electoral», expresó el legislador.

Romano Norri también reveló que desde el comité nacional se le propuso integrar una intervención tripartita, oferta que rechazó en defensa de la militancia local. «Nosotros protegemos a nuestros afiliados y militantes. Agradezco el respaldo de los casi 800 radicales que conformaron nuestra lista. No vamos a ceder ni abandonar nuestras convicciones», aseguró. Asimismo, remarcó su postura de independencia respecto del gobierno provincial y subrayó su intención de revitalizar el partido en Tucumán. «No vamos a someternos ni a ser funcionales al oficialismo provincial. Vamos a impulsar la renovación del radicalismo tucumano para que pueda convertirse en una alternativa real frente a los 40 años de gobierno del PJ que han sumido a la provincia en el atraso», concluyó.