Mauricio Macri expresó con firmeza que es necesario «desafiar al gobierno desde la derecha». En su oficina ubicada en la avenida Libertador, cerca de la quinta de Olivos, lo escuchaban atentos varios dirigentes jóvenes de La Generación, un grupo dentro del PRO liderado por el diputado Martín Yeza. Macri criticó al gobierno por no cerrar el INADI ni el Ministerio de las Mujeres, que solo fue trasladado al Ministerio de Justicia, y abogó por ser creativos y presionarlos desde una postura derechista.
Los presentes ya esperaban estas declaraciones contundentes sobre la dirección del Gobierno. Macri había compartido en privado, incluso con su respaldo general, que la aprobación de la Ley de Bases y el paquete fiscal serían cruciales para su posicionamiento público. Tras la aprobación de las primeras leyes propuestas por Javier Milei, Macri lanzó una serie de acciones separadoras en 72 horas: el martes, la Fundación Pensar publicó un informe crítico sobre la gestión libertaria; el miércoles, pidió que el Presidente acate un fallo de la Corte Suprema sobre la restitución de fondos por coparticipación; y el jueves, colocó a Yeza, uno de sus allegados, como presidente de la asamblea del PRO.
En una reunión partidaria que incluyó gritos y deserciones de los partidarios de Patricia Bullrich, el PRO anunció que no se fusionaría con otros partidos. Esta decisión marcó la ruptura definitiva entre Macri y Bullrich, quien decidió no participar pero monitoreó de cerca el evento. La ministra de Seguridad, Bullrich, había estado considerando una fusión con La Libertad Avanza (LLA), y el presidente Milei había señalado en una entrevista la posibilidad de unirse al PRO en futuras elecciones.
Macri, por su parte, busca revitalizar el PRO, que ha sido eclipsado por el proyecto libertario. Sin embargo, para muchos dentro del partido, ya es demasiado tarde. La ruptura entre Bullrich y Macri se intensificó después del balotaje de 2023, cuando Bullrich se unió al gabinete de Milei. La ministra despidió y denunció a su ex secretario de Seguridad, Vicente Ventura Barreiro, agravando la tensión entre las facciones macrista y bullrichista dentro del PRO.
A pesar de su respaldo al rumbo general del gobierno de Milei, Macri siente frustración por su falta de influencia. Milei, su hermana Karina y el consultor Santiago Caputo han mantenido distancia del ex presidente. Macri, por su parte, supervisó desde Europa la designación de Yeza como presidente de la asamblea del PRO y considera participar en el Pacto de Mayo en Tucumán.
En resumen, Macri pretende recuperar al electorado del PRO que se inclinó por Milei pero no comparte su estilo de gestión. Esto explica sus recientes movimientos públicos y su intento de involucrarse más en la administración, aunque sin éxito hasta ahora.