El presidente Javier Milei ofreció hoy un discurso peculiar en la Expo EFI, un evento sobre inversiones y finanzas realizado en el CEC (Centro de Exposiciones y Convenciones de Buenos Aires). Durante su intervención, Milei se adentró en el futuro económico de su gobierno, anunciando que ya había concluido la “etapa de estabilización” y que ahora se entraba en la fase de “crecimiento económico”. Sin embargo, lo que realmente acaparó la atención de los asistentes y usuarios en las redes sociales fue su comportamiento y el tono de su discurso, que estuvo marcado por insultos, cambios abruptos de volumen y una actitud exageradamente histriónica, que generó dudas sobre su estado mental.
En más de una hora y media de exposición, el mandatario tocó diversos temas y, como era de esperar, arremetió contra figuras de la política y de los medios. A Martín Guzmán, exministro de Economía durante la gestión de Alberto Fernández, lo descalificó llamándolo “imbécil, incapaz e infradotado”. También se refirió a los kirchneristas en términos sumamente despectivos, diciendo que tenían un “coeficiente intelectual por debajo del de un primate”. Además, lanzó frases como “La tienen adentro” y continuó con una serie de ataques verbales hacia diferentes sectores, llamando a los “zurdos ridículos”, “mandriles”, “sindigarcas”, “sanateros”, “periodistas ensobrados” (un término recurrente en sus discursos) y “bestias keynesianas”.
Lo que más sorprendió, sin embargo, fueron algunos momentos particularmente extraños del discurso, como cuando Milei mencionó que usa un mameluco porque tiene que ir a ver a sus “hijitos de cuatro patas: Conan, Murray, Milton, Robert y Lucas Jr.”, refiriéndose a sus perros. Este tipo de comentarios, junto con las peculiaridades en su forma de expresarse, llevaron a muchos usuarios en las redes sociales a cuestionar si el presidente estaba atravesando algún tipo de trastorno o si el efecto de algún medicamento podría estar alterando su comportamiento. De hecho, algunos llegaron a sugerir, medio en broma y medio en serio, que Milei podría estar sufriendo un “brote psicótico en vivo”, lo que desató una ola de especulaciones sobre su estado mental.
A lo largo de su intervención, el presidente combinó momentos de agresividad verbal con otros de aparente desconcierto, lo que hizo que su discurso fuera ampliamente comentado en redes sociales, donde muchos usuarios mostraron preocupación por su salud mental o, al menos, por la forma en que se estaba comportando en público. La controversia generada por su discurso no solo se limitó a sus ataques hacia la oposición, sino que también incluyó su comportamiento errático, lo que llevó a varios a preguntarse si el mandatario estaba en plenas facultades para liderar.
