Durante los actos conmemorativos del 25 de Mayo en la Catedral Metropolitana, circularon rápidamente por redes sociales diversos registros del comportamiento del presidente Javier Milei, en particular su decisión de no saludar al jefe de Gobierno porteño Jorge Macri ni a la vicepresidenta Victoria Villarruel. Ambos funcionarios, de jerarquía institucional significativa, estuvieron presentes en la ceremonia religiosa. Sin embargo, en lugar de buscar aplacar las interpretaciones que surgieron a raíz del gesto, el mandatario optó por reforzar su postura a través de sus redes sociales, donde publicó un mensaje cargado de sentido político: “Roma no paga traidores”.
Esta expresión, que tradicionalmente alude a la falta de clemencia hacia aquellos que cometen actos de deslealtad, fue utilizada por Milei para justificar su actitud. En sus publicaciones, acusó a sectores del PRO de haber contratado al consultor catalán Antoni Gutiérrez-Rubí para lanzar lo que describió como una de las campañas más agresivas y difamatorias en su contra durante el proceso electoral.
No obstante, el argumento del presidente resulta difícil de sostener si se recuerda que uno de los episodios más burdos y polémicos de la campaña fue protagonizado por simpatizantes de su propio espacio, La Libertad Avanza. Se trató de la difusión, en plena veda electoral y horas antes de los comicios, de un video falso que mostraba a Mauricio Macri haciendo declaraciones inventadas. Ese montaje fue ampliamente señalado como un claro ejemplo de “campaña sucia”, precisamente el tipo de estrategia que Milei reprocha al macrismo.
Además de la supuesta “traición” a la que alude Milei, la tensión entre el oficialismo y el PRO se vio alimentada por una serie de votaciones en el Congreso. En la última semana, los diputados macristas colaboraron para impedir que la oposición alcanzara el quórum necesario para tratar un proyecto de ley que proponía mejoras en las jubilaciones. También fueron clave para bloquear el avance de una comisión destinada a investigar el presunto fraude en la estafa relacionada con la plataforma $LIBRA, un tema que el Ejecutivo ha evitado abordar con profundidad.
En medio de este clima de tensión, trascendió que el expresidente Mauricio Macri habría intentado recomponer el vínculo con Milei mediante una llamada telefónica desde el exterior, en la que lo felicitó por sus recientes logros políticos. Según se supo, el presidente respondió con cordialidad, limitándose a decir: “Gracias, Presi…”. No obstante, esa conversación no impidió que Milei decidiera expresarse con frialdad e incluso desprecio hacia Macri durante el acto del Tedeum, un evento institucional cargado de simbolismo patriótico que, por tradición, busca dejar de lado las diferencias partidarias.
El gesto de rechazo fue particularmente notorio en el momento en que Jorge Macri, extendiendo su mano en señal de saludo, fue completamente ignorado por Milei ante las cámaras. La escena, ampliamente difundida, dejó en evidencia un desdén deliberado que se convirtió rápidamente en tema de conversación pública. Lejos de aclarar el malentendido o pedir mesura, el propio presidente amplificó el episodio al compartir en sus redes una sucesión de mensajes cargados de descalificaciones.
Como ya es habitual, Milei aprovechó sus plataformas digitales para difundir una serie de publicaciones agresivas dirigidas contra quienes considera sus adversarios. Entre los blancos de sus ataques se encuentran no sólo políticos de la oposición, sino también periodistas, analistas económicos e incluso referentes que apenas se distancian de su línea de pensamiento. Esta nueva escalada verbal refuerza su estilo confrontativo y suma un capítulo más a su ya extensa lista de enfrentamientos con distintos sectores del espectro político y mediático.
