A las 18:27, los autos oficiales de Presidencia llegaron a la esquina de Nahuel Gallo y Murgiondo, en el barrio de Lugano, donde un militante de La Libertad Avanza exclamó con energía: “¡Levántense y que suenen esos bombos!”. En ese preciso momento, Javier Milei, acompañado de la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y el vocero presidencial, Manuel Adorni, descendieron de los vehículos oficiales. A su llegada, la militancia libertaria, con gran entusiasmo, encendió una bengala violeta y comenzó a cantar sus consignas.
La cobertura de la escena fue inmediata: los teléfonos móviles se enfocaron en el presidente mientras él bajaba, resguardado por sus custodios y acompañado por figuras como el director de Realización Audiovisual de Presidencia, Santiago Oría, y la fotógrafa Macarena Jimena Rodríguez. En el lugar, una banda compuesta por cinco músicos, que luego confirmaron al portal de noticias TN que fueron contratados específicamente para este evento, amenizaba la ocasión con bombos, redoblantes y trompetas. Uno de los músicos explicó que recibieron alrededor de $100.000 por hora, dejando claro que no eran militantes, sino profesionales contratados para el evento.
El operativo de seguridad fue imponente. Cuatro francotiradores del Grupo Especial de Operaciones Federales (GEOF) de la Policía Federal Argentina (PFA) se apostaron en los techos cercanos, mientras otros dos se mantenían en una camioneta blanca en la esquina de Gallo, utilizando binoculares y fusiles de precisión para detectar posibles amenazas. Además, agentes de Casa Militar se infiltraron entre el público, camuflados con ropa civil. En total, la Policía de la Ciudad desplegó más de 30 agentes, y la Unidad Antidisturbios de la PFA sumó 16 efectivos al dispositivo. Según fuentes de TN, el operativo de seguridad comenzó a las 4 de la mañana y abarcó exhaustivas revisiones de todos los alrededores del local de La Libertad Avanza, al que se dirigió el presidente.
Durante el evento, la juventud de La Libertad Avanza distribuyó banderas violetas entre los asistentes, que luego fueron recogidas. También se encontraba un mercado ambulante donde se vendían remeras con la imagen de un león por $15.000 y banderas a $5000. Las calles estaban adornadas con carteles que promovían el lema “Adorni es Milei”, junto a los de Horacio Rodríguez Larreta, candidato a legislador y exjefe de gobierno.
La militancia libertaria, fiel a su estilo, coreó cánticos contra la expresidenta Cristina Kirchner, aunque no mencionaron al expresidente Mauricio Macri. Cuando Milei y Adorni hablaron desde el local de La Libertad Avanza, el público guardó silencio, escuchando atentamente. El presidente aprovechó la ocasión para hacer una declaración enfática: “Quiero ponerle el último clavo al cajón del kirchnerismo”, y afirmó que si los ciudadanos desean “una Argentina grande nuevamente, deben votar a Manuel Adorni”. Continuó subrayando que “Adorni es la voz de Milei en la Ciudad para que la libertad siga avanzando”. El vocero presidencial, por su parte, hizo un comentario decisivo, asegurando que este evento representaba “la última página del libro que va a hablar del kirchnerismo”.
Además, estuvieron presentes integrantes de las “Fuerzas del Cielo”, agrupación vinculada a Santiago Caputo. Entre ellos se encontraban Daniel Parisini, conocido como “el Gordo Dan”, y Lucas Luna, uno de los referentes más destacados de la provincia de Buenos Aires, que también contribuye a la campaña en la Ciudad. Tras la partida de Milei, se desató un enfrentamiento verbal entre los militantes libertarios y un individuo que, tras generar tensión, acusó a los presentes de ser “súbditos de Israel y de los Estados Unidos”.