Según la Universidad Di Tella, existe un 98% de riesgo de que Argentina caiga en recesión

El panorama económico argentino se vuelve cada vez más incierto y los especialistas en análisis financiero prenden todas las alarmas. Un reciente estudio del Centro de Investigación en Finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella advierte que el país se encuentra al borde de una recesión: la probabilidad de que la actividad económica ingrese en una fase contractiva en los próximos meses trepó al 98%, el registro más elevado desde el desplome provocado por la pandemia en 2020.

Este diagnóstico surge del Índice Líder elaborado por esa institución, una herramienta que evalúa de manera anticipada los cambios de ciclo en la economía. El informe detalla que dicho indicador volvió a mostrar un retroceso en septiembre, con una caída desestacionalizada del 0,85%. Lejos de tratarse de un hecho aislado, se trata del sexto descenso consecutivo, lo cual refleja una desaceleración pronunciada y sostenida. En términos interanuales, la baja fue de 1,52%.

Los especialistas de la Di Tella describen que el país ya se encuentra transitando una etapa de enfriamiento económico que podría convertirse muy pronto en una recesión formal. Según la definición técnica, este escenario se confirma cuando la actividad se contrae durante al menos dos trimestres seguidos, y Argentina está a un paso de cumplir ese criterio.

La pérdida de dinamismo económico no responde a un único factor, sino a una combinación que resulta tóxica para el crecimiento: el consumo se debilita ante salarios que pierden contra la inflación, las inversiones se frenan por las elevadas tasas de interés y la persistente incertidumbre, y el atraso del tipo de cambio sigue generando desequilibrios.

A eso se suma otro dato preocupante. El Índice de Difusión —que mide cuántas variables dentro del indicador líder evolucionan positivamente— se ubicó en apenas 30% en septiembre. Esto significa que sólo tres de los diez componentes mostraron mejoría: los despachos de cemento, los precios de minerales no metálicos y la confianza del consumidor. El resto continúa moviéndose en terreno negativo, reforzando la tendencia hacia la caída.

El informe también hace referencia al comportamiento del Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE), que en julio anotó su cuarta baja mensual consecutiva al descender 0,87%. Si no se produce un cambio de rumbo inmediato, el país quedará oficialmente inmerso en una recesión dentro de muy poco tiempo.

En medio de un clima político convulsionado por la cercanía de las elecciones y con expectativas de posibles correcciones cambiarias luego de los comicios, la advertencia de la Di Tella termina de completar un pronóstico poco alentador: la economía se enfría de forma acelerada y corre serio riesgo de cerrar el año en uno de sus peores momentos de los últimos tiempos.