Javier Milei, conocido por cerrar siempre sus discursos con su frase emblemática «¡Viva la libertad, carajo!», no pudo evitar repetirla en el Congreso durante la apertura de sesiones ordinarias. Sin embargo, la vicepresidenta Victoria Villarruel olvidó este detalle habitual, lo que provocó una reacción poco amable por parte del presidente. En medio de la ceremonia, cuando Villarruel comenzaba a dar por concluido el acto, Milei la interrumpió de manera despectiva, exclamando «¡No te apures!». Ante esto, la vicepresidenta, intentando suavizar la situación, respondió con un «Bueno, bueno», acompañada de una sonrisa, que claramente trataba de disimular la incomodidad del momento.
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