El último encuentro de gabinete que contó con la presencia de la vicepresidenta Victoria Villarruel tuvo lugar el 2 de julio. Tras casi un mes y un tenso intercambio con el presidente Javier Milei, la líder del Senado volvió a participar en una reunión con los ministros, donde el tema central fue Venezuela.
En esta ocasión, Villarruel evitó llegar tarde como en otras ocasiones, para no alimentar especulaciones. Recordando el incidente de febrero cuando se quedó fuera del encuentro por llegar después de las 9, decidió presentarse cinco minutos antes de la hora pactada, cruzando la Galería de Bustos a tiempo.
Aunque desde Casa Rosada intentan minimizar el conflicto surgido de sus comentarios sobre Francia, el frío saludo entre Villarruel y Milei durante la exposición de la Sociedad Rural Argentina no hizo más que intensificar la tensión. Como resultado, los ministros no saludaron desde el balcón ni hubo interacciones con los estudiantes, cambiando el ambiente habitual.
Fuentes de Ámbito revelaron que Villarruel mantuvo un perfil bajo durante la reunión, sin figurar entre los oradores. Su relación deteriorada con el presidente y los resultados electorales de Venezuela dominaron la discusión. Las autoridades confirmaron que no retirarán a los diplomáticos argentinos en 72 horas, como ordenó Nicolás Maduro, hasta que los asilados políticos puedan salir también. Exigen las mismas garantías para ambos grupos.
En este contexto, la canciller Diana Mondino ganó protagonismo, y el Gobierno la enviará a la sesión de emergencia de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Washington. Allí se discutirá la petición a Maduro para un recuento de votos. El oficialismo admite que «prácticamente no hay vínculo institucional» con Venezuela y espera que las gestiones ante la OEA posicionen a Milei como un líder regional, buscando polarizar con el progresismo local.
El Gobierno también condenó el «hostigamiento» a su sede diplomática en Venezuela, denunciando la interrupción del suministro eléctrico, según la Cancillería. Además, advirtió al gobierno venezolano sobre cualquier acción que ponga en peligro la seguridad del personal diplomático argentino y los ciudadanos venezolanos bajo protección, recordando su obligación de proteger las instalaciones de la misión diplomática.