El cierre de listas para las elecciones legislativas de 2025 sorprendió nuevamente con una tendencia que ya se repite en la política argentina: la inclusión de figuras mediáticas y celebridades provenientes de ámbitos completamente ajenos al Congreso, como ocurre con Virginia Gallardo en La Libertad Avanza (LLA).
En esta ocasión, actores, conductores, influencers y exdeportistas buscan trasladar la notoriedad que adquirieron en televisión, redes sociales o el deporte profesional hacia la arena política. Entre estos nombres, uno de los más llamativos es el de la exvedette correntina, quien además se desempeña como panelista y actriz en distintos programas televisivos. Gallardo será candidata por La Libertad Avanza en la provincia de Corrientes, espacio liderado por Javier Milei, y desde la dirigencia del partido destacan su compromiso con las ideas del presidente, considerando que su incorporación podría aportar votos en las urnas.
Más allá de las declaraciones partidarias, la propia Gallardo compartió en sus redes sociales una imagen de la Virgen de Itatí acompañada de un mensaje de corte espiritual, evitando hacer comentarios directos sobre su candidatura. Sin embargo, su perfil mediático y sus declaraciones pasadas han generado repercusiones. Por ejemplo, en un programa de Mirtha Legrand, Gallardo mantuvo un cruce con la histórica legisladora Lilita Carrió, donde cuestionó la labor de algunos diputados y senadores, criticando sus salarios y señalando la desconexión con la realidad de los ciudadanos: «Yo quiero ser senadora, Lilita. Ganan 9 millones, trabajan menos que cualquiera de nosotros y encima se venden. Den el ejemplo. Deberías explicarnos qué es hacer política en este país o llevar adelante un cargo público», expresó la exvedette, agregando que la cuestión no era únicamente económica, sino también moral.
Carrió respondió con su característico estilo directo, afirmando que «hay gatos que ganan fortuna», a lo que Gallardo replicó señalando que esos individuos «no son corruptos», lo que llevó a la legisladora a cerrar el intercambio con un comentario punzante: «Sí, en la política hay muchos. Hasta se casan con los corruptos».
Este caso refleja cómo figuras conocidas del espectáculo buscan trasladar su popularidad a la política, intentando capitalizar su visibilidad mediática y, al mismo tiempo, aportar un discurso crítico hacia los legisladores tradicionales.
