Este miércoles concluyó una capacitación que se extendió por un total de 20 horas, en la cual participaron 40 empleados de las fuerzas policiales y penitenciarias. El curso, titulado «Calidad de vida del funcionario policial y penitenciario: hábitos para su mejora», fue organizado por el Ministerio de Seguridad, a través de la Dirección de Control de Gestión, con el objetivo de dotar a los empleados de herramientas que les permitan mejorar su calidad de vida y prevenir enfermedades crónicas.
La licenciada Patricia Santucho, coordinadora de los cursos de la Dirección, explicó: “Hoy estamos finalizando el curso de hábitos saludables. Los participantes tomaron cuatro clases virtuales donde se les brindó contenido teórico sobre temas como la actividad física y el síndrome de agotamiento laboral. En estas sesiones trabajamos intensamente en técnicas asertivas y de afrontamiento. En el cierre, además de realizar actividades físicas, también implementaremos ejercicios de relajación y manejo del estrés”.
Santucho subrayó la relevancia de esta formación, destacando que es la primera vez que su área aborda esta temática. Además, resaltó la buena recepción de los participantes, señalando que las técnicas aprendidas serán de gran utilidad en su día a día para mejorar su empatía y la atención al público.
El subcomisario y profesor de Educación Física encargado del curso, Mauricio Giardina, explicó: “La capacitación se centró en la calidad de vida y hábitos saludables, abordada en dos fases. Primero, trabajamos con definiciones teóricas sobre la educación física y el entrenamiento, junto a recomendaciones sobre alimentación. En paralelo, abordamos el estrés laboral”.
Giardina destacó la relevancia de este enfoque, señalando que la profesión policial, debido a las demandas del servicio y tareas adicionales, a menudo compromete la salud de los empleados. Factores como la falta de tiempo o de disciplina influyen negativamente en su bienestar, por lo que el curso se propuso abordar estas cuestiones de manera práctica y teórica.
“Brindamos herramientas para que los empleados puedan realizar actividad física en sus casas o en cualquier otro lugar, incluso sin materiales convencionales, lo cual es crucial para aquellos que no pueden asistir a un gimnasio”, añadió Giardina.
El curso culminó este miércoles, luego de que los 40 participantes completaran 20 horas de formación. Durante la última sesión, se llevó a cabo un circuito de ejercicios con y sin material. «La idea es continuar promoviendo este tipo de actividades, ya que la calidad de vida es esencial. Buscamos concientizar no solo sobre la importancia del ejercicio físico, sino también sobre una adecuada alimentación», destacó Giardina.
Finalmente, el profesor concluyó: “Este trabajo también tiene como objetivo que los empleados comprendan la importancia de la actividad física para prevenir enfermedades no transmisibles, como la diabetes o los accidentes cerebrovasculares (ACV), que se han vuelto comunes entre nuestra gente. Queremos que esto se convierta en un hábito en sus vidas”.