El abogado defensor del conductor que atropelló a Salas, dijo que hay que «determinar si no hubo responsabilidad del doctor también»

La tragedia que cobró la vida del médico Ángel Salas, de 56 años, conmovió a aquellos que presenciaron el fatídico evento desde un bar cercano al lugar donde ocurrió. Según los testimonios recopilados, el médico estacionó su camioneta en la vereda norte de la avenida Perón alrededor de las 23:00 horas del sábado. Tras ingresar a un restaurante, se levantó abruptamente al percatarse de que olvidó algo en su vehículo.

Una de las mozas del restaurante, llamada Cira, relató que mientras intentaba entregarle la carta, Salas se levantó y salió, momento en el que se escuchaba el ruido de un auto acercándose. Este resultó ser un Chevrolet Corsa que embistió al médico cuando cruzaba la calle. El conductor no se detuvo para auxiliar a la víctima, quien, por el impacto, golpeó contra otra camioneta estacionada.

“Llegué a darle la carta y el señor se levantó y salió. En ese momento se escuchaba el motor de un auto que se acercaba, eso me llamó mucho la atención, porque era un auto ruidoso y nos sorprendió a todos lo que terminó pasando”, explicó Cira.

Salas, reconocido ginecólogo en Yerba Buena, fue asistido por médicos que se encontraban en el lugar, pero lamentablemente falleció casi de inmediato. La escena fue caótica, con personas llorando y tratando de ayudar en medio de la desesperación. La ambulancia y la policía fueron llamadas, aunque la primera demoró en llegar.

“De casualidad en el bar había gente que lo conocía, en una mesa de al lado había varios médicos que cruzaron para asistirlo”, contó la joven. “Fue un momento de mucha desesperación, había gente llorando, la mayoría salió a intentar ayudar con lo que se pudiera. Acá llamamos a la ambulancia, que demoró en llegar, y a la Policía que dentro de todo llegó rápido”, añadió.

La comisaría local inició una investigación para dar con el responsable y el automóvil. Horas después, el vehículo fue hallado en una calle cercana, pero el conductor, Emanuel Nicolás Núñez, de 28 años, se entregó a la policía más tarde. Fue sometido a pruebas de alcoholemia y toxicológicas, quedando bajo la jurisdicción de la Fiscalía de Atentados contra las Personas.

El abogado defensor, Carlos Posse, comentó que, según los testimonios, la preocupación radica más en la repercusión del hecho que en el accidente en sí. También resaltó la falta de cámaras que captaran el suceso. Posse planeaba verificar la iluminación del lugar, considerando que llovía y la visibilidad podría haber sido reducida.

“Es importante que se establezca si el lugar estaba bien iluminado o no, porque además llovía y la visual seguramente no era la mejor. El hecho es luctuoso, pero debemos determinar si no hubo responsabilidad del doctor también. Algunos dicen que bajaba de su camioneta, si fue así debía haber visto por el retrovisor antes de bajar. Queremos determinar bien como fue esa situación”, concluyó.

Vecinos y testigos expresaron su preocupación por la velocidad de los vehículos en la avenida Perón, especialmente durante las noches, describiendo la zona como propensa a eventos trágicos. Uno de ellos, Juan Medina, quien atiende un quiosco en la zona, comentó que era cuestión de tiempo antes de que ocurriera un accidente.

. “Los autos van y vuelven a toda velocidad. Nunca me tocó que pase algo así en esta esquina, pero era evidente que en algún momento iba a pasar y terminó pasando”, analizó. “Lo raro es que fue del lado norte de la avenida y no de este, que es el más peligroso”, agregó.

Adrián, un motociclista que circulaba por el lugar, recordó que el Dr. Salas había sido el médico que asistió en el nacimiento de su hijo Juan Cruz. La falta de seguridad vial en la zona y la velocidad de los vehículos fueron aspectos destacados por los residentes, quienes expresaron su preocupación por la peligrosidad del área.

“Con mi señora quedamos sorprendidos. Me puse a ver fotos del nacimiento de mi hijo, a él no se lo ve bien por el barbijo, pero él dirigió el parto”, remarcó. Y añadió: “acá los fines de semana a la noche son tremendos. Vivo seis cuadras adentro de la avenida e incluso desde mi casa se escucha los motores. Viven picando”, lamentó.