Un ladrón en motocicleta robó el celular a una mujer que se dirigía a su trabajo en Barrio Norte. Tras el asalto, la víctima informó a su esposo, quien pudo localizar el dispositivo mediante GPS, rastreándolo hasta el hospital Padilla, donde el delincuente había sido ingresado tras sufrir un accidente durante su huida.
Este viernes, la Unidad Fiscal de Robos y Hurtos I, bajo la dirección de Diego López Ávila, llevó a cabo una audiencia multipropósito para controlar la detención, formular cargos y solicitar medidas de coerción contra el motochorro que atacó a la empleada de un sanatorio de Barrio Norte el pasado 15 de mayo a las 05:50 de la mañana. Constanza Díaz, auxiliar de fiscal, representó a la Fiscalía en esta ocasión.
Según la acusación, la víctima caminaba hacia su trabajo en la esquina de Santiago del Estero y Laprida cuando fue abordada por el imputado, quien conducía una moto Gilera Smash. El agresor descendió de la moto y persiguió a la mujer, haciéndola caer al suelo. Una vez que la mujer se levantó, el ladrón la alcanzó, la sujetó por la espalda y le puso un cuchillo en el cuello para intimidarla, robándole finalmente el celular antes de huir en la moto.
La auxiliar de fiscal relató los hechos y las pruebas recolectadas, explicando que la mujer alertó a la Policía y a su esposo. Este último rastreó el teléfono usando una aplicación de Google, que lo ubicó en el hospital Padilla. El esposo se dirigió al hospital, habló con el personal de seguridad y juntos hicieron sonar el teléfono mientras recorrían el lugar. Localizaron el dispositivo cerca de un hombre que había sido ingresado esa mañana por un accidente de tráfico ocurrido a las 06:05 entre una motocicleta y un automóvil. Inicialmente, el delincuente negó tener el celular, pero luego lo sacó de su pantalón y lo arrojó al suelo con fuerza.
El Ministerio Fiscal acusó al imputado de robo agravado por el uso de arma blanca. Díaz solicitó un mes de prisión preventiva bajo arresto domiciliario, dado que el acusado había sido dado de alta recientemente y, según un informe médico, no podía permanecer en una celda. El juez aceptó la solicitud, ordenando arresto domiciliario con un dispositivo electrónico de monitoreo y rondas policiales periódicas.