El jueves por la noche, una pareja se desplazaba en motocicleta por la Ruta Provincial 325, en dirección de este a oeste, cerca de Monteros. El hombre estaba al mando del vehículo, mientras que su esposa viajaba en la parte trasera, llevando en brazos a su bebé.
A lo largo del día, las temperaturas no superaron los 25 grados, y con la llegada de la noche, el frío se hizo más intenso, afectando las condiciones térmicas. La visibilidad en la ruta también era limitada, lo que aumentaba la sensación de inseguridad.
A pesar de ello, el camino no estaba completamente vacío, ya que la pareja cruzó varios autos y motos que circulaban en ambos sentidos. Sin embargo, en un momento dado, notaron que un automóvil se acercaba demasiado a ellos y que, al reducir su velocidad, desde el interior del vehículo se dijo algo en relación con el bebé. Esta situación despertó el temor en la pareja, que de inmediato aceleró para poner distancia entre ellos y el coche, al que consideraron como una amenaza.
Una vez que sintieron haber escapado del peligro, la pareja no tardó en relatar lo sucedido al abuelo materno del bebé. El hombre, alarmado por lo que le contaron su hija y su yerno, decidió hacer pública la situación.
El relato generó un fuerte impacto debido a la naturaleza violenta de lo narrado y al hecho de que el supuesto objetivo era un bebé. Además, el abuelo proporcionó un dato crucial: el número de patente del automóvil que los había seguido.
El mensaje publicado por el abuelo fue el siguiente:

En el contexto actual dominado por las redes sociales, la publicación del abuelo preocupado rápidamente se propagó por diferentes plataformas. Sin embargo, aquí es cuando la situación adquiere un giro inesperado. El mensaje llegó hasta la persona que había interactuado con la pareja aquella noche del jueves. Este conductor del automóvil, al darse cuenta de que estaba siendo señalado, decidió ofrecer su propia versión de los acontecimientos, buscando aclarar lo sucedido desde su punto de vista.
En la mañana del viernes, el hombre del vehículo relató su experiencia de esa noche, presentando los hechos desde lo que podría interpretarse como un intento de ayudar a la pareja en la ruta. Según él, su acercamiento no tenía ninguna intención maliciosa, sino que respondía a un acto solidario que, al parecer, fue malinterpretado.

La atención de los medios suele estar dominada por lo que comúnmente se conoce como «malas noticias». Aunque a diario también ocurren actos positivos, estos tienden a clasificarse como excepciones o curiosidades y, en consecuencia, reciben una menor cobertura. Este desequilibrio informativo lleva a cuestionar cómo afecta esta tendencia a la percepción colectiva de la sociedad y qué imagen tiene la comunidad de sí misma al estar expuesta mayormente a eventos negativos.
Un ejemplo reciente que tuvo gran repercusión fue el caso ocurrido el 22 de septiembre, cuando, después de diez días de estar detenidas, dos mujeres fueron liberadas tras una investigación por un presunto intento de secuestro de una menor en la localidad de Alberdi. Estas mujeres, originarias de Chaco, fueron aprehendidas por vecinos del lugar, luego de que la madre de la niña las señalara como responsables del supuesto secuestro.
Las dos mujeres formaban parte de una Iglesia evangélica en Resistencia y estaban en Alberdi para distribuir material informativo sobre la prevención de la violencia infantil. Sin embargo, el incidente rápidamente generó alarma, desencadenando protestas y una campaña de apoyo desde su congregación, que afirmaba que las acusadas no se encontraban en la provincia cuando se produjo el hecho.
Este caso, ocurrido en el ámbito local, tuvo una fuerte repercusión mediática y dejó a la comunidad en estado de alerta, especialmente debido a la sensibilidad generada por el contexto. A nivel nacional, los medios ya venían siguiendo de cerca el caso de Loan, un niño desaparecido en Corrientes en julio, que posiblemente esté relacionado con redes de secuestro y trata de menores, lo cual contribuyó a aumentar la preocupación pública.
Es probable que la combinación de estos eventos haya intensificado el nivel de miedo y confusión en la población, que se mantiene vigilante y, a menudo, desinformada. La forma en que los medios tratan estos temas, con frecuencia exagerando ciertos detalles, también juega un papel en la creación de percepciones distorsionadas. Este fenómeno, conocido como la espectacularización de las noticias, influye significativamente en la opinión pública, exacerbando el temor y el pánico en situaciones que tal vez podrían ser interpretadas de manera más equilibrada.
Ante este tipo de situaciones, surgen preguntas que invitan a reflexionar: ¿Este caso particular en Alberdi fue consecuencia de una histeria colectiva o una reacción exagerada por parte de la comunidad? ¿Qué acciones hubieran sido más apropiadas por parte de los padres de la niña? ¿Era necesario denunciar el hecho ante la policía para que se iniciara una investigación adecuada? También cabe preguntarse si la percepción de amenaza fue el resultado de una influencia mediática que llevó a los involucrados a interpretar la situación como un riesgo mayor al que realmente representaba.
Por último, este tipo de incidentes plantea una cuestión preocupante: ¿Podría esta clase de malentendidos generar un clima de desconfianza en el que las personas se inhiban de ofrecer ayuda por miedo a ser malinterpretadas o, peor aún, a ser acusadas de cometer delitos? Este escenario, alimentado por la exageración mediática, podría conducir a un retraimiento en las interacciones sociales, afectando las relaciones cotidianas y la disposición de la gente a actuar con solidaridad./Fuente:Monterizos
