Pocas horas después de que Cristina Fernández de Kirchner se refiriera a las elecciones presidenciales en Venezuela y se uniera al pedido de la comunidad internacional para que el chavismo presentara las actas de votación, el régimen venezolano respondió con contundencia.
Desde México, donde participaba en un curso internacional titulado «Realidad Política y Electoral de América Latina», Cristina Kirchner se pronunció por primera vez sobre las elecciones en Venezuela. Abogó por la no injerencia en los asuntos internos del país, criticó a la Organización de Estados Americanos (OEA), y simultáneamente solicitó al chavismo que publicara las actas de votación que otorgaron la victoria a Nicolás Maduro.
Cristina expresó: «Ayer escuché al titular del Consejo Nacional Electoral venezolano leer el resultado total del escrutinio. Habían dicho que el sistema había sido hackeado y que no tenía las actas. Pero es evidente que si se ha podido abordar ese escrutinio, que se leyó ayer con precisión de decimales, es porque hay un sistema doble de soporte informático y de soporte de actas remitidas al CNE. Le pido, por el propio legado de Chávez, que se publiquen las actas. Eso es lo que tenemos que pedir: que se publiquen las actas».
Así, se sumó al pedido internacional y se alineó con líderes como Andrés Manuel López Obrador, Lula Da Silva y Gustavo Petro. Sin embargo, desde el régimen venezolano respondieron sin mencionarla directamente. Diosdado Cabello, el número dos del régimen, se refirió a la mención del «legado» hecha por Cristina Kirchner en su programa de televisión «Con el mazo dando».
Cabello criticó duramente a Alberto Fernández, acusándolo de facilitar el ascenso de Milei en Argentina debido a su «tibieza». Lo acusó de traicionar el legado de Kirchner y Perón, y de traicionar al pueblo argentino. Sin mencionar a Cristina Kirchner directamente, Cabello aseguró que el legado de Chávez está en buenas manos y seguro.
Cabello continuó criticando a Fernández, sugiriendo que existe una envidia hacia Venezuela, Cuba y Nicaragua. Argumentó que otros países, que no han sido sancionados, no han enfrentado dificultades similares. En su discurso, enfatizó que líderes como Fernández no han sido consecuentes con sus pueblos, entregando el poder a la extrema derecha.
Además, Cabello mencionó al expresidente Mauricio Macri, insultándolo y criticando a Fernández por no liberar a Milagro Sala. También arremetió contra el presidente chileno Gabriel Boric por no reconocer la victoria de Maduro, utilizando insultos y desprecios para referirse a él.
Finalmente, Cabello volvió a referirse al «legado» mencionado por Cristina Kirchner, sugiriendo que la extrema derecha ha ganado elecciones y ha perseguido a los líderes de izquierda. Afirmó que los verdaderos traidores al legado son aquellos que han sido incoherentes con las expectativas de sus pueblos.