Calabaza, un perro de raza Pomerania que pertenecía a Fabiola Yañez, ha emergido como un nuevo punto de controversia en el escándalo que rodea a la ex pareja presidencial en el marco de la investigación por violencia de género contra Alberto Fernández. Actualmente, el can está bajo el cuidado de un familiar de Yañez debido a una serie de circunstancias que forzaron a la ex primera dama a desprenderse de su mascota.
Según fuentes cercanas, la decisión de regalar a Calabaza surgió tras comentarios despectivos del ex presidente Alberto Fernández. Este habría calificado al perro como un “perro de puta”, utilizando este calificativo para presionar a Yañez a que se deshiciera del animal. Además, se alega que la decisión también se debió a que Calabaza “se llevaba mal con Dylan”, el collie que es conocido por ser la mascota de Fernández desde antes de que asumiera la presidencia y residiera en la Quinta de Olivos.
El sacrificio emocional de Yañez al separarse de su mascota, que es una raza conocida por su aspecto esponjoso y encantador, forma parte de las duras experiencias que ella ha comenzado a revelar sobre su tiempo con Fernández. Esta situación se inscribe en el relato más amplio de maltratos físicos y simbólicos que la ex primera dama ha denunciado en su querella ante la Justicia Federal.
Hasta el momento, el episodio con el perro no ha sido incluido en los testimonios que Yañez ha presentado ante las autoridades judiciales en la investigación en curso, aunque se relaciona con las descripciones de abusos que ha proporcionado recientemente. La denuncia penal que Yañez interpuso contra Fernández incluye acusaciones de agresión física, y el juez federal Julián Ercolini ha iniciado una causa por lesiones leves, con el fiscal Carlos Rívolo a cargo de la investigación.
La causa contiene pruebas como imágenes, fotos, videos y conversaciones que fueron encontradas en el teléfono de María Cantero, la antigua secretaria de Fernández, como parte de una investigación relacionada. En una entrevista exclusiva con Infobae, Yañez detalló los abusos y maltratos que afirma haber sufrido durante su relación con Fernández, que comenzó en 2013 y culminó al final del mandato presidencial de él.
Además de las agresiones físicas y el maltrato, Yañez ha revelado otros aspectos graves, como la presión para interrumpir un embarazo en 2016 y la existencia de una relación paralela que Fernández mantuvo con una funcionaria de su gobierno.
Por su parte, Alberto Fernández negó las acusaciones de maltrato físico en una declaración al diario El País de España, aunque reconoció que hubo fuertes declaraciones entre ellos.
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