Durante el partido entre la Selección argentina y Brasil en el estadio Maracaná de Río de Janeiro, una seguidora argentina, María Belén Mateucci, fue detenida bajo la acusación de cometer un acto de racismo. La denuncia sostiene que la mujer insultó a un empleado del estadio llamándolo «pedazo de mono». La detención se llevó a cabo en el Juzgado Penal Especializado dentro del propio Maracaná, y Mateucci enfrenta cargos por injuria racial, un delito no excarcelable hasta la decisión de un juez y la apertura de un proceso.

La detención de Mateucci se produjo en el contexto de una represión brutal por parte de la policía de Río contra los hinchas argentinos que se enfrentaron con los brasileños en una sección de la tribuna. Varios jugadores se acercaron al lugar para defender a los seguidores, lo que culminó en la detención de Mateucci y otros 17 argentinos por provocar disturbios durante el partido y desacatar a las fuerzas de seguridad.
La jueza del Tribunal de Justicia de Río de Janeiro consideró que la injuria racial estaba demostrada y la catalogó como un «crimen grave recurrentemente practicado», a pesar de las advertencias lanzadas durante el partido en varios idiomas. El delito de injuria racial en Brasil conlleva penas de dos a cinco años de prisión, además de una multa, y no permite la elusión de la prisión preventiva mediante el pago de fianza.
El comunicado del tribunal criticó la falta de detención de otros seguidores brasileños que también participaron en los disturbios. Mientras tanto, en las redes sociales, varios aficionados y periodistas han solicitado la liberación de María Belén Mateucci, alegando que se encuentra «incomunicada, sin ropa, medicamentos y comida». Han llamado a la intervención del embajador Daniel Scioli para resolver la situación.
