A pesar de la reciente declaración del presidente Javier Milei de que el Gobierno no fijaría el salario mínimo, el ministro de Economía, Luis Caputo, anunció un aumento del salario mínimo, vital y móvil (SMVM) de $156,000 en diciembre a $180,000 en febrero y $202,000 en marzo. Este incremento, en comparación con la inflación estimada, representaría un deterioro del SMVM de más del 20% en solo tres meses.
El aumento del salario mínimo a marzo sería del 30% en comparación con diciembre, pero muy por debajo de la inflación, lo que agrava el deterioro de los últimos años. En 2023, el salario mínimo aumentó un 151,8% frente a una inflación del 211,4%, resultando en una pérdida del 19%.
Con una inflación del 20,6% en enero, un estimado del 18% en febrero y otro tanto en marzo, la inflación acumulada en esos tres meses rondaría el 68%. Por lo tanto, el aumento del SMVM representaría menos de la mitad de la inflación del trimestre, lo que significaría un retroceso del 22%.
El SMVM de diciembre fue de $156,000 para los mensualizados o $780 por hora. En diciembre de 2022, era de $61,953 mensuales o $309.77 por hora.
Es evidente que aquellos que perciben el SMVM, junto con el eventual cobro del salario familiar por hijo, les resulta imposible cubrir todos los requerimientos que establece la Ley de Contrato de Trabajo, considerando que la canasta de pobreza para una familia tipo fue de poco más de $596,823,18 en enero, sin contar el alquiler, según el INDEC. En marzo, este monto podría ascender a $800,000.
Según CIFRA, el poder adquisitivo del salario mínimo, vital y móvil muestra una tendencia negativa desde 2011, que se intensificó en los últimos dos años del gobierno de Mauricio Macri y en 2020 bajo el gobierno de Alberto Fernández. La caída del poder adquisitivo fue incluso mayor que la pérdida real de los salarios registrados.
Entre 2021 y 2022, en un contexto de inflación creciente, hubo siete actualizaciones del salario mínimo que no lograron recuperar su poder de compra. En 2022, el salario mínimo real cayó un 1,3%, ubicándose un 33% por debajo del nivel de 2015. Con la pérdida de 2023, la caída es del 45%. Y con el retroceso del primer trimestre de 2024, la pérdida rondaría el 50%.
La Ley de Contrato de Trabajo asigna tres características al salario mínimo, vital y móvil: es la menor remuneración que debe percibir en efectivo el trabajador sin cargas de familia por su jornada laboral; debe asegurarle alimentación adecuada, vivienda digna, educación, vestuario, asistencia sanitaria, transporte, esparcimiento, vacaciones y cobertura previsional; y debe ajustarse periódicamente de acuerdo a las variaciones del costo de vida.
