José Alperovich, quien lleva ocho días detenido en la cárcel de Ezeiza, ingresó el martes de la semana pasada cerca de las 22 horas. Desde su ingreso, ha estado alojado en el Hospital de la unidad penitenciaria, debido a una condena de 16 años de prisión por abusos sexuales denunciados por una ex colaboradora y sobrina en noviembre de 2019.
Aún no se ha determinado el lugar definitivo donde Alperovich cumplirá su condena, por lo que permanece en el hospital, donde se le monitorea su salud. Su defensor, Augusto Garrido, explicó que Alperovich, de 69 años, presenta problemas de salud. Al momento de su detención, estaba recuperándose de una cirugía neurológica relacionada con su columna vertebral y sufre de varias afecciones, como hipertiroidismo e hipertensión, además de tener antecedentes coronarios. Estas condiciones han sido constatadas y se le proporciona la atención médica necesaria, según lo ordenado por el juez Juan María Ramos Padilla.
Sin embargo, la familia de Alperovich ha enfrentado otro revés: no podrán visitarlo tan frecuentemente como desearían. Las visitas de los detenidos están reguladas por cada unidad penitenciaria según el decreto 1136/97, que generalmente permite visitas semanales. No obstante, existe un régimen especial para aquellos detenidos lejos de su hogar. Según el Servicio Penitenciario Federal, si los familiares viven a más de 100 kilómetros del centro penitenciario, pueden solicitar un régimen de visitas extraordinario por distancia, permitiendo visitas de cinco días consecutivos una vez al mes.
Los hijos de Alperovich, Gabriel, Mariana, Sara y Daniel, visitaron a su padre desde el miércoles posterior a su condena hasta el domingo. El lunes, cuando intentaron verlo de nuevo, se les informó que habían agotado sus días de visita y debían esperar un mes para reanudarlas. Ante esta situación, el defensor Garrido solicitó al Tribunal Oral en lo Criminal, dirigido por Ramos Padilla, que se ampliara el régimen de visitas por «razones humanitarias». Sin embargo, el juez rechazó la solicitud, argumentando que no podía contravenir la ley, ya que esto podría perjudicar al resto de la población carcelaria y afectar las normas de convivencia.
Ramos Padilla aseguró que desde el momento de la detención de Alperovich, se han tomado todas las medidas necesarias para su bienestar físico, psiquiátrico y psicológico. Además, indicó que las visitas de profesionales de la salud, así como la asistencia espiritual y diplomática, están garantizadas según el reglamento.
En consecuencia, los hijos de Alperovich no podrán visitarlo hasta finales de julio. Mientras tanto, esperan que la Cámara Nacional de Casación acepte la solicitud de excarcelación presentada por Garrido para que pueda ser analizada. Esta es la principal estrategia de la defensa para que Alperovich pueda cumplir su prisión preventiva en su domicilio. A la espera de los fundamentos de la sentencia, que se conocerán el 16 de agosto, la defensa también planea apelar el fallo ante la Cámara y, de ser necesario, ante la Corte, aunque ambos procesos no se resolverán rápidamente.