Aunque aún no ha comenzado formalmente, la nueva dirección del Banco Central tiene la intención de emitir nuevos billetes con denominaciones significativamente mayores que los actuales. La razón principal es la disminución constante del poder adquisitivo de los billetes actuales, resultado de la inflación y de la decisión de la gestión anterior de no ajustar sus valores.
La discusión sobre este tema aún no ha llegado al Directorio, ya que hasta el momento, las prioridades han estado centradas en temas de urgencia. Según una fuente del BCRA, no hay detalles concretos ni información sobre las nuevas denominaciones, pero se espera que este tema se aborde en las próximas semanas. La situación es urgente, ya que el billete de mayor denominación actual apenas supera los 2 dólares, y se anticipa un aumento inédito de la inflación en los próximos meses.
Inicialmente, se planeaba imprimir billetes de 100, 200 y 500 pesos con imágenes de próceres para reemplazar a los billetes con animales, pero este plan fue desactivado por razones evidentes. Solo el billete de $1.000, con la imagen de San Martín, se encuentra en circulación, coexistiendo con el billete del hornero; los demás no serán producidos.
En cuanto a las denominaciones propuestas, se mencionan $20.000 y $50.000 como opciones. Según aquellos familiarizados con la emisión de billetes, optar por valores de $5.000 o $10.000 apenas sería percibido por la población debido al tiempo de producción. Aunque pueda sonar excesivo, los expertos consideran que un billete máximo de $50.000 es lo más razonable en la actualidad, equivalente a 50 dólares.
El tiempo estimado para que estos nuevos billetes lleguen a circulación es el punto más complejo. En el BCRA afirman que el proceso aún no ha comenzado y que, en condiciones óptimas, podrían estar disponibles para junio. Sin embargo, el proceso completo, desde el diseño hasta la producción y distribución, generalmente lleva de 6 a 9 meses.
Surge la posibilidad de encargar la producción de los billetes en el extranjero para acelerar el proceso, como ha ocurrido recientemente con billetes de $1.000 encargados a Francia y Malta. Sin embargo, la Casa de la Moneda, encargada de la producción local, actualmente no cuenta con un presidente. La situación se complica por la intención oficial de recortar gastos en organismos públicos.
En este contexto, la Casa de la Moneda está concentrando sus esfuerzos en la producción de billetes de $1.000 y $2.000 a la mayor velocidad posible. Los billetes de denominaciones menores, destinados a reemplazar a los animales en los billetes, no se producirán más.
Cabe destacar que en diciembre de 2019 se consideró la posibilidad de emitir billetes de $2.000 y $5.000, pero la idea fue descartada posteriormente. La actual administración, al igual que la gestión anterior, se enfrenta al desafío de reconocer la necesidad de valores más altos debido a la inflación persistente. La incertidumbre persiste respecto a cómo evolucionará la situación en los próximos meses y cuándo estarán disponibles los nuevos billetes.
