Este domingo, el ministro de Economía, Luis Caputo, concedió una entrevista con el objetivo de calmar las preocupaciones en los mercados financieros y asegurar que el país no enfrenta una crisis inminente. En sus declaraciones, Caputo enfatizó que no existen suficientes pesos en circulación para generar una corrida cambiaria, asegurando que «no hay posibilidad de un cimbronazo». Según su visión, lo ocurrido en el gobierno anterior, con el salto del dólar de 60 a 180 pesos, es lo que realmente constituye una corrida cambiaria.
El ministro destacó que el dólar «de ninguna manera se va a disparar», y explicó que el país enfrenta un escenario con más importaciones que exportaciones, lo cual genera una presión sobre las reservas. También criticó la actitud de la oposición y ciertos medios de comunicación, quienes, según él, contribuyen a la incertidumbre y la especulación, lo que lleva a un comportamiento errático de algunos actores económicos, como la importación en lugar de la exportación. Sin embargo, Caputo se mostró confiado en que las reservas que se pierdan hoy se recuperarán en los próximos días y sostuvo que el sistema monetario argentino es robusto, aunque sujeto a volatilidades.
Reiteró en diversas ocasiones que no hay posibilidades de que la economía sufra un cimbronazo, aludiendo a que algunos actores están promoviendo corridas debido a expectativas erróneas sobre el valor del dólar. Caputo también defendió las políticas del gobierno en relación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), aclarando que no se está tomando deuda nueva, sino reemplazando los compromisos adquiridos por el gobierno anterior. Según él, el programa del gobierno anterior habría conducido a una hiperinflación, mientras que las medidas actuales están enfocadas en lograr un equilibrio fiscal y controlar la inflación sin recurrir a una devaluación.
Además, el ministro subrayó que, en ausencia del apoyo del FMI, el gobierno buscaría comprar reservas gradualmente para fortalecer al Banco Central, evitando devaluaciones y default, lo que, según Caputo, ha sido un logro histórico para Argentina. Aseguró que los fondos que el FMI enviará al país serán de libre disponibilidad para el Banco Central y reveló que el gobierno había solicitado un desembolso inicial superior al 40% de los 20.000 millones de dólares previstos en el acuerdo en negociación. Caputo también defendió su gestión en relación con la contención del dólar, señalando que no se han gastado grandes sumas para ello, a pesar de los recientes desequilibrios en el comercio exterior, como el hecho de que las importaciones superan las exportaciones.
En relación con las críticas de la oposición, Caputo se refirió al kirchnerismo y a las observaciones de Mauricio Macri sobre la falta de institucionalidad del gobierno. En su respuesta, el ministro destacó que la institucionalidad era una de las fortalezas de su gestión, especialmente en comparación con la desorganización macroeconómica de administraciones previas. Afirmó que la oposición, particularmente el kirchnerismo, estaba haciendo esfuerzos por desestabilizar al gobierno, pero que cada vez era más difícil para ellos lograrlo.
En cuanto a la situación económica general, Caputo resaltó que había una recuperación «notoria», mencionando sectores como la automotriz, la minería, la agroindustria y la energía, donde se percibía un crecimiento tangible. También destacó que los salarios habían aumentado en términos reales en un 6% desde noviembre y que las jubilaciones subieron un 9%, sin contar los bonos. Según él, la pobreza había disminuido al 30%, lo que significaba que alrededor de 10 millones de personas habían salido de esa condición. Sin embargo, el ministro enfatizó que, aunque la situación mejoraba, Argentina no era un país perfecto, pero los números reflejaban una mejora significativa en comparación con la situación anterior.