Durante un reciente evento celebrado en la IAE Business School, el director del Banco Central de la República Argentina (BCRA), Federico Furiase, expresó con confianza que la entidad que dirige cuenta actualmente con los recursos en divisas necesarias para mantener el tipo de cambio oficial en torno a los $1.000. Según explicó, el organismo ya ha sido recapitalizado, y entre ahora y el mes de junio se espera el ingreso de aproximadamente 20.000 millones de dólares en reservas líquidas de libre disponibilidad. Estos fondos, argumentó el economista, permiten respaldar holgadamente la cantidad de pesos circulantes en la economía argentina.
En su exposición, Furiase resaltó que el proceso de reordenamiento financiero del Banco Central incluyó el fin de la emisión monetaria indiscriminada, la eliminación de los pasivos remunerados y una recomposición en las reservas en moneda extranjera, lo cual constituye, a su juicio, un cambio profundo respecto a las políticas adoptadas en administraciones anteriores. “Un Banco Central saneado no solo significa estabilidad cambiaria y reducción de la inflación, sino que, en última instancia, se traduce en menos pobreza”, enfatizó.
Con respecto al actual comportamiento del tipo de cambio, Furiase adelantó que el BCRA no tiene previsto intervenir en el mercado cambiario comprando dólares, dado que el valor de la divisa se encuentra dentro del rango establecido por la banda cambiaria. Desde su perspectiva, intervenir en ese contexto distorsionaría el proceso de estabilización de expectativas, fundamental para la consolidación de una economía predecible. “Nuestra prioridad es que las bandas tengan credibilidad, que la inflación siga cayendo, y que no se altere ese camino por una intervención innecesaria del Banco Central”, explicó.
En relación con las iniciativas para incentivar la llamada “dolarización endógena”, el funcionario explicó que no se ha establecido una cifra específica de dólares que se pretende atraer con las nuevas medidas como el “dólar colchón”, pero subrayó la importancia de fomentar la remonetización en dólares dentro de un esquema de competencia de monedas, tal como lo plantea el gobierno actual. “Durante décadas de inestabilidad macroeconómica, los argentinos han acumulado un volumen considerable de dólares fuera del sistema financiero. Las estimaciones más conservadoras sitúan ese stock entre 200.000 y 400.000 millones de dólares”, detalló.
Partiendo de esa realidad, Furiase sostuvo que en el marco de una macroeconomía ordenada —caracterizada por el equilibrio fiscal, la ausencia de emisión monetaria, la recapitalización del Banco Central y la estabilidad financiera— resulta lógico e incluso estratégico incentivar el retorno de esos dólares a la economía formal. Según explicó, esta dolarización de origen interno potenciaría el proceso de desinflación que el gobierno busca consolidar.
Por último, el titular del BCRA recalcó que la base monetaria en pesos se mantiene estable, por lo que un eventual incremento del circulante en dólares derivado de este proceso provocaría una mayor disponibilidad relativa de divisas respecto al peso argentino. Este fenómeno, concluyó Furiase, es clave para fortalecer la moneda nacional, sostener la estabilidad del tipo de cambio y seguir avanzando hacia una reducción de la inflación y una mejora en los niveles de pobreza del país.