Las dificultades que los mercados han estado experimentando en los últimos días se intensificaron este martes, alcanzando un punto crítico con el riesgo país subiendo a 784 puntos básicos, un nivel que no se veía desde noviembre de 2024. A pesar de los intentos del ministro Luis Caputo por tranquilizar al público antes de la apertura del mercado, los dólares alternativos continuaron con su ascenso. El dólar blue alcanzó los $1.285, lo que representa un aumento de 30 pesos, mientras que el contado con liqui y el MEP se cotizaron a $1.299, ambos con un incremento del 3,9% respecto al cierre del lunes. En lo que va del año, el MEP ha subido un 11%, comparado con el 3,5% de aumento del dólar oficial.
Este fue el séptimo día consecutivo de alzas en estos dólares, que alcanzaron su nivel más alto en seis meses, lo que resultó en una brecha cambiaria que ahora se sitúa en el 20%. En la Bolsa de Buenos Aires, el índice Merval experimentó una caída del 2,5%, mientras que los bonos en dólares perdieron más del 3%, y las acciones argentinas en Nueva York bajaron más de un 7%. La empresa más afectada fue Edenor, con una caída de 7,1%.
En este escenario, el Banco Central se vio obligado a vender US$ 215 millones, lo que resultó en un saldo negativo acumulado en el mes de US$ 121 millones. Si esta tendencia continúa, marzo será el primer mes con saldo negativo desde julio del año pasado.
La incertidumbre que rodea el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha sido un factor clave en la creciente tensión financiera. Existen rumores de que podría abandonarse el mecanismo del crawling peg (ajuste mensual del 1%) y en su lugar adoptarse un régimen de flotación cambiaria. Esto ha generado una gran preocupación en los mercados. El ministro Caputo, al ser consultado sobre la cantidad de dinero que el FMI otorgará a Argentina, comentó en una entrevista que el objetivo de la cooperación con el Fondo es mantener una moneda estable y continuar el proceso de desinflación. Además, afirmó que se está trabajando para que, cuando se libere el control de cambios, no se produzca una devaluación brusca. Sin embargo, no ofreció detalles claros sobre las futuras decisiones económicas.
Mientras tanto, los operadores del mercado siguen con incertidumbre sobre el futuro inmediato del régimen cambiario. La especulación sobre un posible cambio de esquema ha llevado a que los inversores comiencen a desarmar sus posiciones en pesos. Esto ha afectado el mercado de bonos y acciones, con una caída generalizada. La expectativa en torno al FMI ha generado también dudas sobre posibles modificaciones en el tipo de cambio oficial, y si se eliminará el dólar blend, se reducirá la intervención del Banco Central en el mercado de dólares financieros, o si el crawling peg será reemplazado por una banda de flotación.
El mercado de futuros también refleja estas incertidumbres. En las posiciones para julio, el precio del dólar futuro subió un 1,9%, lo que implica que el dólar oficial podría llegar a los $1.200 en ese mes. Esta variabilidad refleja las preocupaciones del mercado sobre el rumbo de la política cambiaria a corto plazo, lo que ha generado una mayor demanda por los dólares alternativos, cuyo precio sigue aumentando.
Según el economista Juan Manuel Franco, la incertidumbre sobre el esquema cambiario está generando volatilidad en los mercados, y las expectativas se centran ahora en las decisiones que se tomen respecto al acuerdo con el FMI y al futuro de los controles cambiarios. En este contexto, la caída de bonos y acciones, el aumento del riesgo país y el incremento de los dólares paralelos son indicativos de que persiste una fuerte restricción en el mercado de cambios. Esto, a largo plazo, podría volverse en contra del gobierno, ya que los controles de cambio tienden a generar distorsiones que afectan la economía.
Horacio Miguel Arana, economista de la Fundación Internacional Bases, destacó que la actual situación refleja una gran incertidumbre en los mercados. Las caídas en los precios de bonos y acciones, el aumento del riesgo país y la subida de los dólares paralelos son síntomas de que los controles de cambio siguen siendo un obstáculo para el libre flujo de precios, lo que podría tener consecuencias negativas para el gobierno en el futuro.