Vitalik Buterin se reunió con Juan Grabois en la Villa 31

– ¿Vos de dónde sos?

– Vengo de Canadá –respondió Vitalik Buterin, como pudo, en español.

– ¿Y con esas ojotas te viniste desde tan lejos?

La pregunta que uno de los chicos del barrio Padre Mujica, la Villa 31, le hizo a Buterin, el creador de la plataforma cripto Ethereum que llegó a Argentina hace una semana y causó revuelo en el ecosistema local, generó carcajadas entre la pequeña delegación que acompañó al joven ruso-canadiense en el recorrido por el asentamiento porteño. La indumentaria, sobre todo las ojotas, de este joven genio de la programación y referente de la nueva economía, es uno de los temas preferidos de la tuitósfera cripto local por estas horas.

Buterin tenía algunas propuestas para la previa de la Navidad, un paseo premium por el Tigre y un vuelo privado para conocer parte de la Patagonia, por ejemplo, pero prefirió quedarse en Buenos Aires y seguir conociendo a los argentinos. La idea del “tour de la inflación”, sigue en pie: Vitalik quiere conocer la realidad local, por eso no dudó cuando surgió la idea de visitar la villa porteña.

“Él quiere eso, vino a eso. Prefiere ver a la gente. La visita la organizó Maquieyra y Grabois se sumó porque quería conocerlo. Grabois habla mucho de ingreso universal también, algo en lo que yo trabajo desde PoH. Quizás tenemos miradas distintas, pero el objetivo es el mismo”, contó Siri.

“Vitalik quería hablar con todos y tener un pantallazo de todo el abanico ideológico. La idea es suturar la grieta… o romperla, mejor”, agregó.

Grabois llegó con una pregunta preparada y se la dijo de entrada al creador de Ethereum. Habló de que la Villa 31 es quizá el lugar con más intervención estatal en términos de urbanización, pero le contó que hay otros 5.000 asentamientos en el país en otras condiciones. El dirigente social cree que, más allá de los fondos, para solucionar ese tema hacen falta 500 arquitectos e ingenieros que piensen, definan y trabajen en la solución.

“Le pregunté porqué no podíamos encontrar 500 arquitectos e ingenieros que habiéndose formado en universidades públicas pudieran trabajar dos años realizando proyectos de integración urbana con un sueldo menor al del mercado ya que el Estado no puede competir en sueldos para profesionales de alta calificación”, amplió Grabois en diálogo con Infobae.

“Me pareció un tipo más interesado en el conocimiento en todas sus dimensiones que en la acumulación de capital, claramente no le interesa la plata; tiene claridad sobre la caducidad de las actuales relaciones de eso que llaman ‘propiedad’” (Grabois)

“Dejame pensarlo un poco”, le pidió Buterin.

Luego, recorrieron el lugar. Caminaron por las calles de la villa, hablaron con vecinos y entraron a la escuela de Scholas. Hubo recital improvisado, canciones y Grabois se sentó en la batería. Un nene se acercó con una lista y varias preguntas escritas a mano sobre su carrera, su pasado y lo que hace. “Vitalik es muy respetuoso y atento con todos. Respondió y se lo vio muy contento. Pregunto cómo se vivía en el lugar, cómo se distribuían las familias, si había registros, alquileres, algún plan urbanístico. Quería saber cómo se organiza el barrio”, relató Siri.

“Hablamos bastante… fue un encuentro extraño”, resumió Grabois. “Me pareció un ser excepcional, sin maldad, con la inocencia de un niño. La contracara de los Galperin. Sin esa avaricia y crueldad que se le escapa por los poros a los famosos unicornios que se matan por un dólar, que desprecian al laburante”, dijo. Es recordado el fuerte cruce en la redes del dirigente con Marcos Galperin, el CEO de Mercado Libre, en 2019. Buterin y Siri

“Me pareció un tipo más interesado en el conocimiento en todas sus dimensiones que en la acumulación de capital, claramente no le interesa la plata; tiene claridad sobre la caducidad de las actuales relaciones de eso que llaman ‘propiedad’. También lo vi firme en la convicción de que los incentivos morales son superiores a los materiales para las grandes creaciones y acciones humanas colectivas, en su confianza en lo comunitario por encima de lo individual pero entendiendo lo comunitario como la suma de los aportes individuales, sea en el ecosistema digital como en cualquier otro. Intuyo que está buscando algo para darle un sentido más profundo a su capacidad excepcional en informática”, dijo Grabois para quien, igual, el “mundo-cripto” tiene el gran riesgo de caer en el “lado oscuro”, aseguro, usando la imagen de la Guerra de las Galaxias.

“Es la soberbia de la desregulación absoluta. Vitalik lo tiene clarísimo y reflexiona sobre ello. Es tan filósofo como informático. Nosotros tenemos un grupo de reflexión al respecto y a mi me interesa mucho el tema. Ojalá él y quienes están con él puedan evitarlo, poniendo las nuevas tecnologías al servicio de los pueblos y no de la ganancia”, cerró.

Se despidieron y de regreso, en el auto con Siri, Buterin dijo que tenía parte de la respuesta para Grabois y que quería mandarle un mensaje. “Me mandó un audio con algunas ideas de cómo buscar motivaciones alternativas e incluso de hacer pasantías con universidades extranjeras de gente que aunque tenga muchísima plata necesita un sentido moral o cultural de propósito”, dijo el dirigente.

La mirada de Buterin es que hay que buscar la manera de motivar a esos ingenieros y arquitectos, hacerlos parte de una cultura, de una épica, de que entendieran que lo que van a hacer es trascendente de verdad. “Habló de la cultura del proyecto, de motivación. Y lo comparó con cosas que pasan en el mundo cripto, con proyectos que fracasaron aunque estuvieron fondeados con millones, pero no tuvieron cultura, algo más profundo detrás”, resumió Siri. Buterin prometió seguir pensando y aportar miradas más concretas para resolver la problemática.

“Fue buena la pregunta y buena la respuesta, pensada. Fue una tarde muy agradable y si ayudamos a terminar un poco con la grita es genial”, cerro Siri.

Buterin se queda unos días más en el país y vuelve a pasar Año Nuevo con su familia en Canadá.