El Gobierno de Javier Milei, junto con su embajador ante Estados Unidos, Alec Oxenford, procura mantener en estricta reserva los detalles del operativo de repatriación de ciudadanos argentinos, evitando la confrontación pública con la administración de Donald Trump para que no se interprete como un ataque directo de Washington hacia el aliado libertario. No obstante, la realidad es que argentinos están siendo deportados desde Estados Unidos hacia la Argentina bajo las políticas migratorias del gobierno republicano, en un proceso similar al que afecta a ciudadanos de Brasil y otros países de la región.
Entre el miércoles 10 y el jueves 11 de esta semana, un Boeing 767-300 operado por la aerolínea chárter Omni Air International traerá al país a un grupo de argentinos acusados de delitos graves según la legislación federal estadounidense, incluyendo infracciones migratorias, robos y violaciones, según fuentes oficiales. El vuelo tendrá escalas en Bogotá (Colombia) y en Belo Horizonte (Brasil), antes de finalizar su recorrido en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, en Buenos Aires. Fuentes de Estados Unidos y Brasil indican que este vuelo especial transportará a 16 argentinos, mientras que desde que Trump endureció las políticas migratorias, más de 300 ciudadanos argentinos han sido deportados discretamente, algunos incluso en vuelos comerciales. Estas deportaciones se han llevado a cabo en un contexto de gran dramatismo: detenciones en la vía pública o en zonas rurales, separación de padres e hijos, personas esposadas abordando aviones y, en algunos casos, traslados a cárceles en El Salvador o aceptación por otros países latinoamericanos bajo presión de Washington.
Omni Air International, contratada por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), opera este tipo de vuelos de repatriación y cuenta con aviones con capacidad para 247 pasajeros. Según Aviaciononline, el vuelo de esta semana seguirá la misma ruta que los anteriores realizados a Brasil, con la particularidad de que en esta oportunidad continuará hasta Buenos Aires.
Clarín confirmó que la embajada argentina en Estados Unidos, bajo la dirección de Oxenford, ya recibió listas de ciudadanos sujetos a deportación. La situación genera inquietud en el Gobierno argentino, que aún no ha logrado concretar una reunión bilateral entre Milei y Trump, ni avanzar en un acuerdo arancelario más favorable al 10% vigente desde agosto. Además, tensiones internas entre el secretario de Estado, Marco Rubio, y la secretaria del Homeland Security, Kristi Noem, complican la implementación de acuerdos recientes firmados por funcionarios argentinos, como el que permitiría a Argentina participar en el Programa de Visa Waiver. De concretarse, los argentinos podrían ingresar a Estados Unidos sin visa y permanecer hasta tres meses legalmente.
Paralelamente, desde hace semanas, la administración Trump ha impulsado una campaña publicitaria en medios argentinos para advertir sobre las deportaciones inminentes de quienes residan en Estados Unidos sin la documentación adecuada, aumentando la presión y la visibilidad de estas medidas ante la opinión pública local.
