Las cortinas del departamento en Aquarella, Yerba Buena (Camino de Sirga, antes de llegar a la Solano Vera) estaban rotas, ensangrentadas, vidrios por todas partes, sangre en el piso, la cama corrida y Santiago golpeado, con la mandíbula quebrada, los pulmones y riñones comprometidos.»A Santi lo encontramos todo golpeado, quebrado y desfigurado», declararon los familiares de Santiago Micheli (29), al diario La Gaceta.
Antes de que fuera brutalmente golpeado, el joven pasó la noche buena con familiares. Después, a las tres de la mañana de ese 25 de diciembre, se fue a una fiesta y volvió a su casa como a las cuatro de la mañana. El último mensaje lo mandó una hora después, a sus amigos confirmando que había llegado bien a su departamento.
«Lo llamamos ese 25, no atendía. Insistimos un montón, pensamos que dormía», dijo la prima del muchacho.
«El 26, a las 7 am, el vecino le pidió ayuda al portero, para entrar por el balcón, y por ahí ingresaron», agregó la familiar. Fue este hombre quien descubrió la violenta escena del hecho.
También supuso que no habría sido víctima de un robo ya que no parecía faltar nada del lugar. El plasma estaba (golpeado pero estaba), sus pertenencias, las llaves del auto. El celular ni siquiera estaba roto. Los familiares de Santiago difundieron un flyer por las redes sociales para saber que y quienes fueron los autores de la golpiza.