Durante una reciente intervención en el canal de streaming Carajo, las principales figuras del equipo económico del gobierno libertario —el ministro de Economía, Luis Caputo, y el presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA), Santiago Bausili— abordaron los recientes cambios en la política monetaria, en particular, la transición hacia un esquema de tasas de interés endógenas tras la eliminación de las LEFIs. En este contexto, ambos funcionarios explicaron que el Estado ha optado por no intervenir en el mercado secundario de deuda en pesos, permitiendo que las tasas las determine libremente el mercado.
En tono distendido pero con un mensaje claro, Caputo ironizó sobre los riesgos de una eventual intervención del Gobierno: “Y el hombre sabe que si llega a hacer eso, el Jefe viene con la motosierra y lo corta como Hattori Hanzo”, dijo, haciendo referencia con humor al personaje samurái del cine, en alusión a la firmeza del presidente Milei ante posibles desvíos del plan económico.
La exposición se dio en el programa Las tres anclas, del que participaron también Federico Furiase (director del BCRA) y Martín Vauthier y Felipe Núñez (directores del Banco de Inversión y Comercio Exterior – BICE). Allí, Bausili explicó que la reciente volatilidad en las tasas es consecuencia natural de la decisión oficial de retirarse de la fijación directa de tasas. “El Gobierno ya no marca la tasa. Si hubiéramos intervenido cuando el lunes la tasa estaba al 100%, y otro pedía prestado al 110%, habríamos dicho: ‘tomá la plata igual’. Pero eso provoca inflación, porque esa emisión extra se traslada a precios”, señaló el titular del Banco Central.
Por su parte, Caputo reafirmó la columna vertebral del programa económico: equilibrio fiscal, cero emisión monetaria y un tipo de cambio libre. Subrayó que, con el nuevo esquema, el mercado financiero es el que define los intereses, sin injerencia estatal directa: “Ahora las tasas son endógenas. Se determinan entre privados”, explicó.
Bausili remarcó también que la percepción del mercado está en constante vigilancia sobre los pasos del BCRA, y que cualquier gesto de liquidez puede ser malinterpretado: “El mercado nos observa. Cualquier excusa sirve para decir que intervenimos y que cedimos”, explicó.
Cabe destacar que desde el 10 de julio, el Banco Central cesó la emisión de LEFIs, y desde el 17 de ese mes, estos instrumentos dejaron de existir formalmente. Para cubrir ese vacío, el Tesoro Nacional salió a ofrecer nuevas Letras Capitalizables (Lecaps), lo que dejó al descubierto una gran masa de dinero en el sistema financiero que anteriormente estaba absorbida por el BCRA.
Con esta modificación, los bancos se encontraron con un exceso de liquidez que no tuvo un destino inmediato. Como resultado, durante los primeros días, las tasas de interés se desplomaron, lo que obligó al BCRA a intervenir con operaciones de pase al 36% para absorber parte de esos fondos. Posteriormente, el Tesoro recurrió a una licitación extraordinaria y logró captar $5 billones, lo que trajo algo de calma al mercado cambiario. Sin embargo, hacia el final de la semana, el dólar retomó su tendencia alcista, superando nuevamente la barrera de los $1.300.
En paralelo, Caputo reiteró un pedido que ya había hecho en otras oportunidades: busca que los ciudadanos movilicen sus ahorros —incluso aquellos que están guardados fuera del sistema financiero, conocidos como “dólares del colchón”— hacia canales que contribuyan a dinamizar la economía real.
“El objetivo es que los depósitos de la gente impulsen el crédito y el desarrollo productivo”, expresó el ministro, destacando que reactivar el financiamiento es vital para que la economía funcione de manera sostenible. “Un país sin crédito no puede desarrollarse”, enfatizó, en clara alusión a las limitaciones estructurales que ha enfrentado Argentina por su histórica falta de acceso al financiamiento.
Para cerrar, Caputo hizo un llamado a la confianza y a la integración de los ciudadanos al sistema financiero formal: “Es importante que la gente se anime a sacar los dólares”, dijo, alentando a quienes mantienen sus ahorros en divisas fuera del circuito bancario a ponerlos en movimiento para contribuir al crecimiento económico del país.