Oscar Parrilli, senador kirchnerista, logró evitar su suspensión en el Senado hoy, dado que no se alcanzaron los dos tercios necesarios para aprobar el tratamiento en el recinto debido a la falta de un despacho de comisión. Esta medida había sido incluida en el temario por la vicepresidente, Victoria Villarruel, en el marco de la causa que lo involucra por el Memorándum con Irán, un caso en el que Parrilli está procesado y enfrentará un juicio oral por orden de la Corte Suprema. La votación resultó en 34 votos a favor, 31 en contra y una abstención, la cual fue emitida por el propio Parrilli.
Tras el resultado de la votación, el senador neuquino expresó su satisfacción de una manera poco convencional. Al igual que otros miembros del kirchnerismo en momentos de tensión, Parrilli reaccionó levantando el dedo medio en un claro gesto de desafío hacia sus opositores en el recinto.
El final de la sesión especial, en la cual también se trató la expulsión del senador Edgardo Kueider, no pasó desapercibido para Villarruel, quien arremetió contra el principal bloque opositor, señalando lo que consideró una actitud hipócrita. «Solicité que se incluyera en la agenda el tratamiento de la expulsión de Parrilli, procesado por encubrimiento agravado en relación al atentado de la AMIA, que costó la vida de 85 argentinos», explicó Villarruel, lamentando que, a pesar de la gravedad del caso, «los senadores decidieron protegerlo y permitirle que siga en su cargo».
Con evidente molestia, Villarruel apuntó que «cuando un senador no es de su partido o cuando su banca ya no les sirve, los senadores del kirchnerismo se muestran a favor de la destitución y expulsión. Sin embargo, cuando los cuestionados son de su propio bloque, como en este caso, se evita que se trate un asunto tan grave como estar procesado».
