Karen Núñez, hermana de Ramón Antonio “El Patricio” Nuñez (24), fue la única que decidió romper el silencio en El Cruce, luego del ataque sufrido por varias personas que buscaban refugio del frío en un club del lugar. Este club está ubicado cerca del cruce de las avenidas Roca y Alem.
Karen, dominada por la impotencia, reveló que su hermano fue víctima de un brutal ataque: «Le dispararon, lo azotaron y le pegaron patadas hasta después de muerto», dijo entre lágrimas.
El lunes por la mañana, unas 50 personas manifestaron quemando cubiertas y troncos en la entrada del club El Cruce, en La Plata al 1.200. Los deudos de la víctima denunciaron que varios testigos fueron amenazados de muerte.
El caso quedó en manos de la Fiscalía de Homicidios II, dirigida por Carlos Sale. Los testimonios apuntan a que personal del club disparó contra tres jóvenes que intentaban resguardarse del frío. Uno de esos disparos alcanzó a Núñez, quien murió en el acto.
Según testigos, en esa cuadra hay una cámara de seguridad que podría identificar a los responsables, si es que no han sido forzados a desaparecer por aquellos que imponen miedo en la zona.
Cecilia del Valle Núñez, madre del joven fallecido, expresó: “Me enteré de quiénes son las personas que lo habrían matado, pero lo peor es que no había ninguna razón para que hicieran esto. Esa es la verdad, no había ninguna razón para que lo ejecutaran peor que a un perro”.
La madre aseguró que tienen identificados a los sospechosos y confían en que la Justicia pueda dar con ellos pronto. “Solo le pido a la Justicia que este caso no quede impune como tantos otros. No me preocupa ni tengo miedo de que se trate de gente de poder, porque hasta los políticos más grandes caen”, advirtió.
Karen obtuvo información entre los habitantes de la zona, quienes aceptaron colaborar en forma anónima con la familia de la víctima y con los investigadores judiciales. “Nos dicen que los corrían con violencia, les tiraban baldazos de agua fría, las cosas que dejaban se las quemaban: colchas y cartones donde se acostaban”, sostuvo.
Cecilia admitió que su hijo comenzó a drogarse desde los 14 años. “A pesar de eso había veces que lo recuperábamos. Después volvía a tener recaídas, pero nunca tuvo problemas, no tiene causas de ningún tipo. No era más que uno más de los tantos chicos adictos que terminó en la calle”, contó.
La mujer recordó que cuando Ramón lograba alejarse de su adicción, se dedicaba a cortar el cabello. “Le estábamos comprando algunas herramientas y la idea era que pusiera una peluquería, pero hace un mes que se fue de mi casa, me dijo que estaba bien, que estaba alquilando una vivienda con unos amigos. Me lo tomé con tranquilidad, yo no sabía que en realidad mi hijo estaba en situación de calle en estos momentos”, reveló.
“Justamente el viernes le había escrito mensajes a Ramón y no me contestó. Al día siguiente me llamaron para decirme que lo habían matado de un tiro. No lo podía creer, me fui a la (seccional) 13ª y me confirmaron que su cuerpo estaba en la morgue judicial”, concluyó.
Los vecinos evitan hablar del caso en público, reconociendo que tienen miedo a sufrir represalias.
Uno de ellos, reservando su nombre, explicó que una de las razones por las que la gente en situación de calle frecuentaba el club El Cruce para dormir es que durante la pandemia funcionó como albergue.
Cuando la situación sanitaria se normalizó, el albergue cerró, pero muchos indigentes seguían acudiendo al lugar en busca de un techo que los cobijara.
La familia Núñez aclaró que el club no abrió sus puertas durante todo el día lunes, mientras en la fachada donde dormían los indigentes aún se veían los restos de la protesta vecinal.
