Olga, una jubilada de 71 años, sufrió un brutal asalto durante las primeras horas de este domingo. Un grupo de tres delincuentes ingresó a su casa de Villa Maipú, en el partido de bonaerense de San Martín, la golpeó con dureza y le robó el poco dinero que tenía.
«Que me vea el mundo entero cómo estoy, así me dejaron«, manifestó Olga muy dolorida, recostada en su sillón, ante la cámara de TN.
Según la mujer, eran “tres hombres, dos mocosos de entre 13 y 15 años y un hombre de 40″. Este último fue el que la castigó con mayor violencia y hasta le pegó con un arma.
“El hombre grande me pegó con el arma, y me arrastró por los pelos el chiquito. Tengo mucho miedo, es posible que venda mi casa y me vaya”, expresó con desesperación Olga, con el rostro desfigurado por el salvaje castigo recibido.
Por otro lado, la jubilada, que vive sola en el hogar en el que crió a sus dos hijas y que habita desde hace 58 años, denunció que en la zona «brilla por su ausencia la policía, nunca pasa un patrullero».
“No me vinieron a tomar declaración. Es una experiencia espantosa. Esto pasa solamente en San Martín, a los jubilados, a los pensionados, todos los días. A mí me dejaron viva y la puedo contar. ¿Dónde está el ministro?”, preguntó indignada por Sergio Berni, ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires.
Además, está atemorizada porque siente que las fuerzas de seguridad la dejaron desprotegida una vez que la enviaron al hospital para que fuera atendida: «Yo tendría que tener un policía en la puerta. Anoche vinieron un ratito y me llevaron al hospital. Cuando volví, ya no había ninguno. Me fui como a la una y media en ambulancia. Cuando volví a las seis y media ya no había nadie, ni un policía».
Por si fuera poco, Olga, quien agradeció por no haber sufrido fracturas, afirmó haber padecido otra carencia más por parte del Estado, aunque esta vez en el centro médico al que fue derivada: “En el Hospital Belgrano me atendieron muy bien, pero no había ni una gasa para curarme”.
El brutal asalto
Apenas pasada la medianoche, según el testimonio de Olga, tres hombres, de los cuales dos serían menores de edad, ingresaron a su domicilio tirando abajo una reja tras haberla «serruchado».
La sorprendieron mientras dormía y no le dejaron ni poner los anteojos, por lo que, aunque actuaron a cara descubierta, ella no podría reconocer a ninguno.
“Me llevaron media jubilación,todo el aguinaldo que estaba guardando para arreglar la casa. Me pedían plata y yo les dije que no tenía, hasta que encontraron. Pero mientras tanto me agarraban de los pelos”, narró.
La hipótesis de la mujer es que los ladrones «tenían mal un dato», y por eso «hasta rompieron el ropero para buscar plata».
Sin embargo, no les alcanzó con el dinero encontrado y la feroz golpiza que le propinaron a Olga: «Me llevaron la SUBE, el carnet de las vacunas, el recibo de sueldo, un tacho de pintura y dos pinceles… mirá si no son ratas».